El mundo de la consultoría es excepcionalmente amplio. Las empresas de hoy confían en consultores en casi todas las industrias, desde la salud hasta la agricultura. Si bien esto puede resultar abrumador para quienes se preguntan por dónde empezar y cómo convertirse en consultor de gestión, existen ciertas habilidades clave en los empleos de consultoría que todos los buenos consultores comparten.

Ya sea que esté comenzando desde cero o simplemente repasando los fundamentos, estos consejos pueden ser de gran ayuda.

1. Disfrute de la resolución de problemas

El objetivo de un proyecto de consultoría no es mantener el status quo. Si te atrae un cliente, estás allí para resolver un problema o prevenir uno en el futuro.

Quizás la habilidad de consultoría número uno, entonces, es el pensamiento crítico. Su cliente esperará que usted aborde problemas complejos que plagan su negocio. Es posible que hayan comenzado el trabajo previo y tengan una dirección en mente. O pueden depender de usted para iniciar la discusión.

Independientemente, su trabajo como consultor es proponer soluciones a estos problemas críticos. Para desarrollar estas propuestas, deberá recopilar datos. Conozca los entresijos de la organización del cliente, lea sobre las tendencias del mercado, investigue a los competidores y realice análisis de datos cuando sea necesario.

A pesar de todo, mantén la calma. No se empantane tanto en los detalles más finos que pierda de vista el panorama general. Tenga una visión, asegúrese de que esté bien investigada y cúmplala.

2. Aproveche al máximo las presentaciones

Por supuesto, no basta con tener una propuesta sólida. También deberá preparar y compartir sus hallazgos con su cliente. Para asegurarse de que sus ideas se mantengan bajo escrutinio, querrá invertir en sus habilidades de presentación.

Al crear una plataforma de presentación, asegúrese de que cada diapositiva se adhiera a un estilo unificado. Utilice fuentes y colores que se adapten al tono de la reunión. Incluso incluya el logotipo y la marca de su empresa, cuando corresponda.

También tenga en cuenta a su audiencia. Si su equipo de proyecto tiene varias partes interesadas, busque formas de mantener su participación. Anticípese a sus comentarios y prepare respuestas que le ayudarán a ganarse su apoyo.

Cuando llegue el momento de presentar, articule sus ideas con claridad y precisión. Mantenga sus puntos detallados pero específicos. Presta atención a tu postura, tono y cadencia. A pesar de todo, tenga en cuenta la historia que está contando y los datos que la respaldan.

3. Emplear habilidades de comunicación estelares

Una vez que comience a implementar sus propuestas, querrá documentar sus acciones y mantener informados a las partes interesadas. Esto comienza con una sólida estrategia de comunicación.

Planifique una serie de actualizaciones que transmitirá al equipo. La frecuencia puede variar según las necesidades del cliente. Pero sea cual sea la cadencia que elija, asegúrese de que sea oportuna y constante. Cuanto más en contacto esté con sus partes interesadas, más fácil será recibir comentarios críticos y actuar sobre ellos.

También asegúrese de ser sincero con estas actualizaciones. Es tentador limitar lo que comparte para no abrumar a su cliente. Pero al hacerlo, corre el riesgo de subestimar un problema que podría convertirse en un gran obstáculo en el futuro. En caso de duda, opte por la transparencia y la honestidad.

4. Sea flexible

Cuando trabaje en un proyecto de consultoría, querrá ser flexible. Puede acordar una línea de tiempo con semanas o meses de anticipación, pensando que está escrito en piedra. Pero pasan cosas; las necesidades de su cliente cambian, por lo que querrá estar preparado.

Hay muchas razones por las que un proyecto puede cambiar de rumbo. Es posible que su cliente desee volver a evaluar el alcance del proyecto o modificar su enfoque. Un miembro del equipo puede encontrarse con un obstáculo, interrumpiendo su flujo de trabajo y ralentizando a otros. Un proyecto puede incluso acelerarse, dadas las circunstancias adecuadas.

Tenga en cuenta estos escenarios para cualquier trabajo de consultoría. Puede ser difícil anticipar plazos ajustados o largas horas. Pero al entrar en compromisos esperando lo inesperado, se coloca en el espacio mental correcto. Más importante aún, le transmite a su cliente que sabe trabajar en equipo.

5. Pon a tu cliente primero

Tener una mentalidad de equipo es importante cuando se trata de relaciones con los clientes. Es posible que tenga una forma preferida de dirigir o comunicarse. Pero si pones estas necesidades por encima de las de tu cliente, les estás haciendo un flaco favor. Al sopesar una decisión, siempre piense en términos de beneficio para el cliente. ¿Qué opción dejará mejor a mi cliente? Desarrolle un profundo conocimiento de las necesidades de su cliente. Como se mencionó anteriormente, estas pueden cambiar con el tiempo, así que asegúrese de mantenerse actualizado con frecuencia.