El Chamán tiene instintivamente un don increíblemente claro de comprensión y análisis de la realidad de los eventos por venir, así como de todos los engranajes y obstáculos que se le presenten, de esta manera puede ayudar a las personas que parecen perdidas en el curso de su vida para señalar lo que se debe hacer y lo que se debe evitar.

Las percepciones chamánicas se pueden sentir de manera muy diferente, mediante una voz interior, mediante signos a descifrar o mediante imágenes mentales a interpretar.

Trabajo de los chamanes

el Chamán no necesita ningún accesorio para ejercitarse, “al contrario” del clarividente que utiliza el soporte activo de una baraja del Tarot o el de los diagramas de los signos astrológicos. El Chamán es su propia herramienta, es el receptor y remitente del mensaje, entra en fase con el problema del solicitante del mismo modo que se abre una caja fuerte para descubrir la solución escondida en el fondo.

Por regla general, el obsequio se utiliza durante un ritual específico para que el Chamán pueda concentrarse lo suficiente durante el tiempo necesario, como una meditación donde la chispa de la verdad llegará repentinamente como la evidencia de un destello mental global.

Chamanes reales

El equipo de videntes profesionales puede ayudarte, ya que son de mucha ayuda y pueden simplificar todo los problemas que tengas, mostrando en forma de un único encantamiento con el apoyo de un objeto.

Es esta gran confianza en su don lo que hace que un Chamán alcance rápidamente, a veces en solo unos segundos, el estado de concentración necesario para que la situación se abra a él y le entregue la solución esperada.

Apoyo de la videncia en nuestras vidas

Los laicos o los novicios confunden y mezclan en una misma bolsa grande a los videntes, los médiums, los chamanes y otros magos o hechiceros profesionales mientras cada uno de ellos ejercita según métodos y prácticas completamente diferentes, pero solo el Chamán no recurre realmente a cualquier artificio que no sea su propia concentración interior para utilizar su don, donde otros deben sacar una gran parte de su energía del exterior.

El regalo es la fuente, el chamán sabe extraer las respuestas allí con la misma sencillez con que se va a buscar agua en un pozo fértil.

El don también sabe advertir al Chamán de los límites que no deben sobrepasarse. Así como la visión puede ser clara para una solicitud legítima, también puede nublarse repentinamente al abordar situaciones particularmente peligrosas, tanto para el iluminado como para el solicitante. De esta forma, el Chamán también reconoce perfectamente el “signo negro” de que no se debe ir más allá.