
El vudú es una de las de las artes místicas más incomprendidas de todas, durante años, las personas han tenido una mala imagen sobre ella. Una de las principales causas de esto es debido a que la televisión y Hollywood se han encargado de crear una mala imagen sobre ella.
Pero no todo lo que se dice es cierto, el vudú es una región que tiene cosas buenas, cosas mala y costumbres únicas. Todo esto la convierte en una religión realmente interesante.
El día de hoy hablaremos sobre lo que es el vudú, sus variantes y aclaremos algunos de los mitos que envuelven a esta religión.
¿Qué es el vudú?
El vudú es una religión del tipo teísta y animista que se originó en África hace muchos años. Debido a la esclavitud, esta religión empezó a expandirse por todo el mundo. Actualmente hay algunos lugares, especialmente islas caribeñas como Haití, donde esta religión ganó una gran fama.
A partir de esta migración que sufrió la religión al llegar a América, se originó una mezcla entre esta y el cristianismo. Esto causó que dentro del vudú se encuentren algunas similitudes con estos.
A pesar de que muchas personas creen que el vudú es una práctica malvada o satánica que se utiliza para hacer daño a otras personas, esto no es cierto. El vudú es una religión como cualquier otra, si es cierto que mucha de su cultura y creencia se basa en la magia. Y muchas veces realizan rituales que pueden resultar desconcertantes para cualquier persona fuera de ella. Y esto también es entendible, ya que ambas culturas son muy distintas.
Las personas que alcanzan el máximo nivel dentro de esta religión son conocidos como sacerdotes. Estos son quieres se encargan de realizar los rituales y hechizos. Si bien estas personas pueden ser capaces de utilizar la magia negra, esto es algo poco común.
Generalmente el vudú se utiliza para hacer el bien o para buscar protección. Los sacerdotes que hacen magia negra suelen ser repudiados por los mismos practicantes de esta religión. Sin embargo, esto no impide que puedan utilizar sus poderes para hacer daño.
Variantes del vudú
El vudú cuenta con una serie de variantes que nacieron a partir de las diversas mezclas culturales que tuvo durante los tiempos de la esclavitud. Entre los más importantes tenemos los siguientes.
- Vudú haitiano
- Vudú puertorriqueño
- Vudú de Louisiana
- Vudú africano
- Vudú brasileño
- Vudú cubano
Cada una de estas variantes del vudú se centra en costumbres distintas que se han ido adquiriendo con el paso de los años. A pesar de que todos ellos comparten muchas similitudes, lo cierto es que cada una de estas variantes tienen sus diferencias de unas a otras.
Mitos más comunes del vudú
En esta ocasión hablaremos un poco e incluso desmentiremos algunos de ellos.
El muñeco vudú es para hacer el mal: Uno de los mitos más comunes sobre el vudú. La televisión siempre ha mostrado que con un muñeco vudú y algunos alfileres se puede hacer mucho daño a las personas. Sin embargo, esto es falso. Si bien es cierto que puede dársele ese uso, el principal uso que se le da es para la buena fortuna.
El vudú es magia negra: Para las personas que practican el vudú, no existe el concepto de magia negra o magia blanca. Para estas personas es solo magia, salvo en algunas ocasiones se usa la “magia roja”. Se le conoce así porque en ocasiones cuando los sacerdotes la realizan, sus ojos se tornan de un color rojizo.
Sanación: Es muy que el vudú se utilice para sanar distintas enfermedades, a pesar de que en la mayoría de los casos se piense que se utiliza para lo contrario. Lo cierto es que el vudú en la gran mayoría de los casos se utiliza para hacer el bien, proteger y ayudar a las personas que lo necesiten.
Es muy similar al cristianismo: Aunque no lo parezca, el vudú tiene mucha similitud con el cristianismo. Esto se debe a que durante la época de la esclavitud, los practicantes de esta religión fueron sometidos a la cristianización. Y eso ocasionó que ambas prácticas se mezclaran creando lo que es el vudú en la actualidad. Es por ello que es posible encontrar algunas referencias al cristianismo dentro de esta religión.