Los nódulos tiroideos son, por llamarlos de una manera simple, bolas o bultos que se forman sobre la glándula endocrina. Actualmente, los expertos afirman que existen diversos tipos de nódulos que no necesariamente tienen un origen canceroso. Más bien, algunos puedes formarse por factores tan simples como la deficiencia de yodo.

Por esto, resulta indispensable hablar acerca de los distintos tipos de nódulos tiroideos y sus posibles riesgos. Así, en caso de que tú o un familiar o conocido posean un nódulo tiroideo, podrás conocer las diferencias y atacar el problema de raíz.

¿Qué factores influyen en la formación de un nódulo tiroideo?

Antes de conocer los tipos de nódulos tiroideos que existen, es necesario que conozcas el origen de los mismos. De este modo, podrás entender de donde viene la problemática y la gravedad del asunto. Por lo general, este tema tiende a ser algo confuso por lo que intentaremos ir al grano en este delicado ámbito.

Crecimiento y formación descontrolada de las células

Para empezar tenemos a uno de los nódulos más agresivos y peligrosos de todos. Los nódulos cancerígenos tiroideos son uno de los mayores causantes de muertes femeninas a nivel mundial. Por ello, resulta indispensable mencionar su origen.

Como en todos los canceres, los tumores empiezan a formarse a partir del descontrol de las células del órgano afectado. Dicho descontrol se empieza a evidenciar cuando las células comienzan a replicarse de forma descontrolada, formando tejidos. Estos tejidos, son los temidos tumores cancerígenos y también están presentes en los nódulos tiroideos.

Carencia o exceso de yodo en el organismo

Otra causa común de los nódulos tiroideos es la carencia o el exceso de yodo en el organismo. Todo en exceso es malo, como bien se sabe. No obstante, carecer en su totalidad de un elemento tan preciado como el yodo puede salirnos muy caro.

El yodo que viaja por nuestra sangre es la sustancia que permite la formación de la hormona tiroidea. Esta hormona es la que regula un factor tan importante para nosotros como lo es el metabolismo. Por ello, resulta indispensable mantener los niveles de yodo controlados para evitar hipertiroidismo (exceso) o hipotiroidismo (carencia).  

Desequilibrio hormonal

Por otro lado, otro factor que causa comúnmente los nódulos tiroideos son los desequilibrios hormonales. A partir de esto, es común que se cree lo que se conoce como bocio, una especie de nódulo tiroideo que puede derivar en otras afecciones.

Tipos de nódulos tiroideos

Ahora bien, puesto que ya conoces los distintos motivos por los que se pueden forman nódulos en la tiroides, ha llegado la hora de hablar de sus tipos. Por lo general, el origen de los mismos tiene mucho que ver a la hora de su categorización. Por ello, te hemos resumido todo en un breve listado en el que te hablaremos de las características de estos nódulos.

Nódulos solidos

Para empezar tenemos los nódulos sólidos. Este tipo de nódulo, formado en su totalidad por células, es uno de los más peligrosos. Gracias a su origen, es muy probable que si se encuentra un nódulo cancerígeno, sea un nódulo sólido. Esto, por lo que te hemos explicado anteriormente sobre la proliferación de células descontroladas que provocan los tumores.

Nódulos líquidos

Ahora bien, en el caso de los nódulos líquidos tenemos cierto respiro. Este tipo de nódulo está compuesto casi en su totalidad de una sustancia liquida. Dicha sustancia, conocida entre los expertos en el tema como sustancia coloide, es un acumulado de la hormona tiroidea. Por lo general, tienden a ser benignos y tratables.

Nódulos mixtos

Por último, tenemos uno de los nódulos más complicados de categorizar. Este tipo de nódulo, conocido popularmente como nódulo mixto, comparte características de los anteriormente mencionados. En su zona externa, posee una gruesa capa celular, mientras que por dentro posee abundante o escasa sustancia coloide.

¿Cómo saber que nódulos pueden ser cancerígenos?

Para lograr esto se pueden realizar distintos exámenes y pruebas especiales de laboratorio. No obstante, una de las pruebas con mayor sensibilidad ante la malignidad es la citología.

Por otro lado, existen también otros estudios muy acertados como la centellograma tiroidea. Para realizarlo, se utiliza yodo radioactivo para obtener imágenes en relación a cómo interactúan las células con dicho yodo. Esto arroja los resultados de nódulo frío, nódulo caliente o nódulo funcionante.