El esoterismo y el ocultismo son prácticas que tienen sus raíces en la antigüedad. En todas las civilizaciones hay ejemplos de creencias en lo oculto, tanto del pasado como del presente, de Oriente a Occidente. Justamente porque es algo que va más allá de las ciencias exactas, ejercita un encanto ancestral y misterioso en muchas personas que se encuentran estudiándolas, practicándolas o buscando profesionales esotéricos que puedan interceder por ellas con estas disciplinas.

En particular, los mayores atractivos son hacia la magia del amor, que promete mantener a tu lado a la persona deseada. La magia del amor, también llamada magia roja, deja en claro por qué esta práctica convence a muchas personas de confiar en los expertos del sector.

Según creencias ancestrales, la magia roja, a diferencia de la magia blanca, está más ligada a los sentimientos de amor y pasión, y quien se ocupa de ella promete vínculos duraderos, acercamientos y reavivar el deseo de pareja, pero también el desprendimiento total de dos amantes que quieren separarse para su propio beneficio.

En el último caso, es peligroso confiar en la magia negra, que es, de hecho, por excelencia, lo contrario del bien y tiene como objetivo dañar a los seres vivos. Quienes practican magia roja y blanca siempre desaconsejan aplicar magia negra para resolver problemas de cualquier tipo, porque no solo no es útil para el propósito, sino que incluso puede ser perjudicial para quienes la usan.

Un hechizo de magia roja, sin embargo, como la doctrina esotérica, puede dividir a un par, al igual que intenta transmitir el sentimiento de amor hacia el solicitante. Y sobre todo, tiene como objetivo aprovechar los sentimientos positivos como la esperanza, la determinación y la intención de lograr metas sin dañar a los demás de manera negativa.

Usarla no traerá repercusiones negativas ni siquiera para quienes lo lanzaron y, sobre todo, parece ser mucho más duradera la magia negra, que muchas veces debe repetirse para no anular su efectividad.

Las principales razones por las que se pueden solicitar estos servicios son sobre todo separaciones no deseadas y esto a su vez, trae a colación los llamados amarres de amor. Partiendo del supuesto de que el libre albedrío existe, y en todo caso, la persona que se ha alejado todavía tiene sentimientos de apego hacia el solicitante, así como el deseo de volver a estar juntos. Para ello, alguna vez se utilizaron polvos, ungüentos u otros ingredientes de dudosa procedencia que eran complicados y costosos de conseguir: en realidad, los elementos que hoy se ocupan de la magia roja no necesitan toda esta parafernalia inútil. La intención es usar una energía tan invisible como poderosa para llegar a cualquier lugar, incluso a una distancia de varios kilómetros.

El operador que se ocupa de este tipo de magia puede intervenir en amores consumados, pero también en amistades y lazos parentales, no obstante, debido al libre albedrío antes mencionado, debe dejar que los eventos hagan el resto.

Finalmente, recuperar a la persona que has estando deseando durante tanto tiempo no significa necesariamente mantener esta relación para siempre: todo depende de cómo evolucione la relación a lo largo de los meses y de los años. Descuidar, maltratar o traicionar a la persona para quien se solicitó la intervención de la magia roja, aún puede separarlos definitivamente en retrospectiva, y entonces no hay magia que pueda traerlos de vuelta.

Si tiene la suerte de disfrutar de una segunda oportunidad, no debe desperdiciarla. Al mismo tiempo, si es claramente imposible dividir a dos personas porque esto llevaría a la infelicidad de todos, entonces también es necesario evaluar con el operador la posibilidad de darse por vencido o hacer un  intento más.

Ocultismo

La palabra ocultismo deriva del latín occultus (oculto) e indica el conocimiento de lo oculto, de lo sobrenatural, en contraposición al conocimiento de lo visible, es decir, la ciencia.

El término ocultismo se usa generalmente en referencia a un complejo de prácticas como la magia, la alquimia y la astrología. Es el estudio de la sabiduría oculta, de una verdad que existe bajo la superficie de las cosas y su práctica conduce inevitablemente al desarrollo de diferentes facultades espirituales, como la sensibilidad telepática, la habilidad psicométrica, la percepción espiritual, la apertura del Tercer Ojo (que implica la capacidad de dirigir y controlar la energía de la materia), la clarividencia y el control de los “elementos” de menor grado.

El ocultismo es entonces, una mezcla de bien y mal. La verdadera magia es la magia divina, donde las facultades y el conocimiento de las personas se utilizan para obrar correctamente. Un verdadero profesional esotérico es el que trabaja en la luz y por la luz, aquel usa su energía para hacer el bien.