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Videntes, mucho de nosotros hemos visto, leído y escuchado esta palabra, detrás de ella, conocemos y tenemos una idea de lo que significa, junto a la profesión que conlleva y realiza dicha persona. 

No es que esta modalidad “online” haya surgido recientemente, no. Tampoco es que haya nacido en consecuencia a la pandemia que ha azotado a principios del año 2020, teniendo su origen a finales del 2019. Todo esto ha sido la capacidad de adaptación del señor humano, aprovechando las herramientas que disponga, la que le sea propios para su necesidad, en este caso hablando del Internet.

Utilidad de esta herramienta

Poderosa herramienta que sirve para comunicarse y hacerse llegar a conocer, conocer su persona, lo que hace, lo que ofrece y, lo más relevante, los resultados de su trabajo, con años y años de estudios y práctica. 

Conocemos al vidente como aquella persona en una tienda, una vieja y desgastada tienda, con viejos libros, una recopilación de diversos objetos viejos, sentado al final de la tienda, con una bola de cristal, puesta en el medio de una pequeña mesa de madera. Allí, es en donde se encuentra el vidente. Por lo menos, así no los ha pintado Hollywood, las grandes entregas cinematográficas. 

Evolución

Saber sobre nuestro futuro, la toma de decisiones, consejos sobre el dinero, el amor, la prosperidad, la buena fortuna, todo esos son cosas que en algún momento de nuestras vidas deseamos conocer, a su total exactitud o algo superficial. Por eso, como seres humanos, nos adaptamos e innovamos, usamos del internet para llegar a más y mayor número de personas, hacer de nuestro trabajo algo tan bueno e increíble para aumentar la cantidad de personas en nuestra audiencia. 

He ahí la clave de todo esto, la evolución del trabajo, la forma en cómo llegar a más personas, atender y poder brindar nuestros servicios, a coste de una remuneración, claro está, para poder complacer y hacer que nuestros clientes, que son lo más preciados, queden satisfechos. 

No es extrañarse que alguien nos pregunte si conocemos de algún vidente, que tenga su propia página web, anexando las diferentes redes sociales, sean Facebook, Twitter, Instagram, etc., para poder establecer una conexión con el dichoso vidente y contratar sus servicios. 

Muchos de ellos utilizarán las cartas del tarot, las más conocidas y emblemáticas en este trabajo; otros, la muy famosa bola de cristal, objeto mítico que permite interpretar lo que se observa en ella, dando así una traducción (lo que expresa la bola de cristal, y es el vidente, el intérprete, quién traduce su mensaje al cliente) hacia el cliente. 

Engaños, Estafa, Videntes Malos

Dentro de la calidad del vidente, es en las premoniciones, sus interpretaciones, sus visiones, se pondrán en juicio antes los clientes, sean estos experimentados o no, podrán saber que es un mal augurio que dicho vidente solo otorgue respuestas vagas, carentes de detalles, muy simples; sea esto una alerta para el que compra sus servicios, su trabajo. 

Habrán quienes tengan como objetivo este tipo de respuestas, que su trabajo solo sea una actuación, aprovechándose de quienes son nuevos, o que nunca han ido a un vidente con anterioridad, y dar respuestas que puedan “satisfacer” a sus necesidades, dentro de esos primerizos, sin duda alguna, se encontrará alguien desesperado que buscará respuestas ante sus interrogantes y dudas. 

Muchos de estos estafadores, falsos videntes, prestarán sus “servicios” para que las personas paguen, sea el medio de pago, existirá algunos que podrán solicitar el reembolso y recuperar su dinero, pero existen quienes no podrán ver más nunca su dinero. 

Incluso este tipo de “videntes buenas de verdad”, con sus páginas y servicios en línea, sirven para otro tipos de estafas más fuertes. Como pueden solicitar información personal importante, tarjetas de débito, crédito, números de cuenta con sus contraseñas. O, también, podrán ser unos expertos, pero expertos en manipulación, que puedan ejercer sobre los desafortunados clientes una influencia para poder ganarse su confianza, su apego, para poder llegar más y más para obtener mayores ganancias, y peores consecuencias para el cliente.